sábado, 11 de julio de 2009

¿Te atreverás a esperarme?


 Y entonces volví. Cuando ya nadie esperaba algo así, cansados los espectadores de un amago y otro y otro. Volví y parecía que nada nos hubiese atropellado, y el pasado se veía a través de un filtro que también atenuaba el presente. Y volví a sentirme fuera de sitio, pero ahora sabía que no había dónde huir, ni fuerza para intentarlo.  Así que siéntate a mi lado, y a ver quién ve pasar antes el cadáver del otro.

viernes, 10 de julio de 2009

cuya marcha nos pregunta


 La desaparición del silencio no mejoró precisamente las cosas, aun cuando todos parecíamos acostumbrados a todo. A veces, por pura vecindad, me cruzo con uno de ellos cerca de casa (no sé si más cerca él o yo), y su mirada suena como si quisiera preguntarme por qué me fui. Como si a estas alturas tuvieran que hacerse los sorprendidos, como si no supieran lo que devuelve el espejo. Ni que tuviera yo que decirles lo que saben, sólo porque no quieren oírselo decir a sí mismos.

lunes, 27 de abril de 2009

a pesar de su presencia constante


 Ayer coincidieron mirando un escaparate dos hijos de un mismo hombre con mujeres distintas. No se conocían, ni se vieron; tampoco volverán a estar cerca aquellos hermanos. Morirán sin saberse, sin haber podido sospechar siquiera la existencia del otro. Una música que me gusta brota de los auriculares que tan bien se insertan en el cartílago. El volumen es alto, pero no lo suficiente como para escapar de conversaciones ajenas, intermitencias sonoras inevitables en el paseo de la bestia social. En una de ellas, el que habla pronuncia la misma palabra que suena, acompañada por una melodía, en la canción que escucho en ese momento. Mismo sonido, mismo lugar y al mismo tiempo, en dos contextos absolutamente distintos. No siempre lo nota uno cuando pasa algo así, pero aquella palabra tiene ya otro sabor para mi memoria. En el Metro un hombre lee la edición inglesa de un Best Seller Internacional, mientras sentada a unos pocos pasos en el mismo vagón, una mujer pasa la vista por la versión en castellano del mismo texto. Ayer un chico te miró por la calle; por lo visto, algo en ti le recordó un momento de su infancia. Cuando volváis a coincidir de aquí a unos años, en la boda de tu primo, ni siquiera os veréis y no pasará nada. Todos los días recorremos un laberinto de paredes invisibles. Traspasamos algunas, otras nos frenan y obligan a cambiar nuestro rumbo; normalmente no nos damos cuenta en ninguno de los dos casos. De vez en cuando, encontramos la salida y volvemos a entrar, ignorando el paraíso que esperaba fuera de nuestra mente. Nos gusta imaginar que somos el piloto, aunque normalmente nos comportamos como el coche de choque, conducidos por otros quizá igual de ciegos, desconociendo los chispazos en la retícula de metal que construye, allá arriba, el canal que recorremos avanzando siempre hacia la extraña meta.  

viernes, 6 de marzo de 2009

como algo que no suele gustarnos


 Un día como otro cualquiera, la cabeza de Morgan Van Triste se convirtió en una caja de galletas danesas. Cuando fue a lavarse la cara como todas las mañanas, asustado por el sonido del agua salpicando sobre el metal, se miró en el espejo y se habría quedado boquiabierto si en aquel momento pudiese tener algo parecido a una boca. Lentamente leyó (no es fácil leer al revés, y menos en extranjero) Danish Butter Cookies Biscuits au Beurre Danois y tomó conciencia de su desgracia. A partir de aquel momento, todo fue de mal en peor. En pocos días perdió el trabajo, los amigos le dieron la espalda y sus parientes fueron dejando de invitarle a los eventos familiares, con todo tipo de excusas increíbles. Incluso su novia de toda la vida lo abandonó a raíz del cambio, sustituyéndolo por un vecino auxiliar de banca, cuya cabeza acababa de convertirse en un cenicero de Cinzano bastante más elegante que las galletitas, dónde va usté a parar. Lo peor, para su desgracia, estaba aún por llegar.
 Y lo peor era que, primero los niños del vecindario, secundados más tarde por muchos adultos de la ciudad, se empeñaron en abrir la caja-cabeza, llevados por la curiosidad que les provocaba lo que ésta pudiera contener. Así las cosas, era frecuente (dentro de lo poco que iba saliendo de casa) ver a Morgan Van Triste correr delante de grandes y chicos, sujetándose la caja con una mano, no fuera a abrírsele por el camino. (Conviene hacer constar, llegados a este punto, que MVT llevaba en aquellos días una vida forzosamente sobria -primero por su recién estrenado estatus de parado, y segundo por que curiosamente, a raíz del cambio no necesitaba comer ni beber, con lo que ni siquiera él sabía lo que podía haber en su cabeza, que no había abierto por miedo a lo irreparable- por lo que no pisaba la calle sino muy de vez en cuando, cuando era imposible pasar sin las caricias del viento mordiendo la chapa). En la última de estas persecuciones, al doblar una esquina cerca ya de su casa, se dio de bruces con un armario que descansaba en la acera antes de embarcarse en la mudanza que le correspondiese. Como consecuencia del choque se abrió la cabeza-caja, cuya tapa rodó varios metros calle abajo antes de posarse en un bordillo. De su interior salieron despedidos todo tipo de miedos (siendo el pánico a la soledad el mayor de ellos), alguna que otra frustración, traumas de diversos calibres y una galleta danesa bañada en ácido lisérgico. Al irse levantando por su pie, los vecinos vieron admirados que el exterior de la cajita estaba impecable, sin una mala abolladura. Una vez erguido, Van Triste pareció mirar a la concurrencia desde el fondo circular y dorado de la cara que no tenía, empezó a recoger sus cosas del suelo, se puso la tapa y se fue.  

de una vez y para siempre

Lo feliz que habría podido ser yo, de no haber sido por mí.

jueves, 5 de marzo de 2009

una instantánea que nos define


 No deberías llorar en la esquina ni culpar al prójimo. Si te trato como a un perro es porque nunca te ha interesado merecer tratamiento de hombre. Bastante me sacrifico humillándote, como para que encima vengas aquí haciéndote la víctima. Hay que joderse. 

una descarga inesperada


 Nos sorprendió a todos, aunque se comprende que para ti fuera especialmente sangrante. Nunca entendemos lo que lleva a una persona a terminar con todo. Creemos ser capaces de mantener a raya nuestros fantasmas, saber sortear los obstáculos de la mente, las trampas inherentes a su funcionamiento. Lo cierto es que no nos conocemos, ni mucho menos conocemos al otro. Por eso, aunque nos quedemos con la boca abierta ante noticias como esta, deberíamos estar preparados para reacciones parecidas y aun peores, siquiera para protegernos de nosotros mismos. Y tú no te sientas mal contigo; no te culpes por decisiones ajenas. Nadie es capaz de prever este tipo de situaciones, y poder hacerlo sólo nos haría más vulnerables al chantaje. Cortaste lazos en conciencia, nada que no pase a diario. Creíste desatar la cuerda de un bote amarrado en puerto ajeno, y la otra persona interpretó ese corte como el disparo de una catapulta. Quizá simplemente fuese el pretexto para acabar con otros males, con el acumulado anterior de diablos en el cajón, en ese que abrimos a diario y no sabemos limpiar. 

miércoles, 4 de marzo de 2009

una intermitencia


 Saludaba siempre como por inercia, pero sin rematar el gesto. Era como si en aquel ademán -a todas luces respetuoso y elegante- hubiese un doble fondo, un porcentaje invisible del todo, cuyo contenido se nos escapaba, pobres receptores de su cortesía como éramos. Ese hueco que intuíamos en aquel entorno tan sólido, nos llevaba a fantasear sobre su función, despreciando nuestra incapacidad para la resolución de semejante misterio. Así, cualquier día después de una de aquellas educadas fórmulas, resolvíamos que venía de casa de alguna o algún amante, de repartir con sus compinches el fruto del robo más audaz de la época, de jugarse en bolsa una fortuna cuyo origen se nos escapaba, de llevar cartas de amor o información secreta para ese político adúltero o corrupto que todos conocíamos, y así tantas y tantas suposiciones que no llevaban a ninguna parte. Hasta tal punto nos obsesionamos con todo esto, que más de un día le seguimos hasta más allá de lo prudente, sin sacar el menor fruto de aquellas pesquisas. Todo era de una normalidad miserable y es triste constatarlo, convencidos como estábamos de que aquel hombre ocultaba algo.
 Un buen día desapareció sin hacer ruido. Durante semanas le inventamos todo tipo de huidas, más o menos coherentes con las hipótesis anteriores que manejábamos. Poco a poco fuimos olvidando su historia, según rellenamos nuestros ocios con arcanos semejantes, igualmente hijos del aburrimiento.

martes, 3 de marzo de 2009

una vibración


 Las ondas van creciendo en el agua. Contemplamos su expansión regular y perfecta, marcada por la suavidad de su ritmo. Casi nos parece desvanecernos con ellas, tan contagiosa es la placidez de su camino. Provocamos a veces su arranque, igual que otros trabajaron por el nuestro, sin más ambición que compartir parte del viaje; todo para verlas renacer al menor toque, como un niño amodorrado al que despierta una caricia.  

y todo es un baile


 Un baile de ciegos esquivándose, un hormiguero eléctrico. Y todavía se toman la molestia de disfrazarse, como si mantuvieran alguna esperanza, como si pudiéramos olvidarnos de trucar los dados entre la niebla. Algún día.

lunes, 2 de marzo de 2009

ni a quién dirigirse



 Al posar la mano en el hombro del otro, acercó su rostro y dijo a media voz:

 -Hay que saber distribuir la pólvora. Con medias verdades se puede ilusionar del todo, mientras que una mentira completa podría no bastar para medio engaño. En leer bien la situación está el triunfo. Nada pesa más que no cambiar a tiempo de ritmo, sabiendo que nuestra especie es un tiovivo.

 A lo que aquel contestó:

 -A mí también me aburre esta sala de espera, pero le agradecería que me dejase leer el periódico en paz hasta que la enfermera diga mi nombre, si no es mucho pedir.

no saben lo que dicen


 Sentía la necesidad de contarle muchas cosas al mundo; el problema era la boca. Para su desgracia, tenía una boca que sólo podía hablar hacia dentro. Todas sus palabras no tenían más receptor que él mismo. Eran sonidos recorriendo el paladar como grullas en una bóveda, buscando inútilmente la salida. Semejante mal causaba ciertas frustraciones y hundimiento de la propia estima, mientras crecían las ganas de comunicar los descubrimientos del día a día, (y también algún que otro cotilleo, que no siempre es todo tan sublime como sugiere el misterio). Los conocedores de su desgracia lo miraban con tristeza, sinceramente apenados por aquel amante del aspaviento y la gesticulación exagerada. Quienes, ignorando su desgracia, se lo encontraban por la calle solían esquivarlo sin más, temerosos de un hombre que intentaba hablar y comer a la vez.
 Pero un buen día las grullas abrieron hueco, sometiendo finalmente aquella plaza hostil. Y así, igual que había hablado hacia dentro, empezó a hablar hacia fuera como las personas; en su caso como las personas enfermas, que dejan atrás la cordura para cantar extrañas glorias, romances medievales mezclados con descripciones sobre la lactancia del percebe, salpimentadas sobre lecho de idiomas ficticios en campo de gules. Algo imposible de entender para nadie que no perteneciese a su familia, cuyos miembros lo comprendieron tanto y tan cariñosamente, que aprovecharon su flamante verborrea para internarlo en el manicomio, dícese que por cosa de la herencia.
 
    

domingo, 1 de marzo de 2009

que no saben lo que quieren


 Mira que estoy a gusto contigo, pero suelo estar mejor sin ti. La mínima variación del contexto puede hacer del blanco negro, de mi sonrisa una trampa, de tripas corazón. Los universos paralelos caben todos en la mente y no los veo; camino atravesándolos sin darme cuenta siquiera. Cruza un perro y todo cambia. Pasan los días como dedos por las teclas de un piano, sin margen para la duda ni escape ni vuelta atrás más allá del ciclo. Interpreto una música que no he compuesto y menos entiendo. Tampoco sabría parar, aunque sofoque de momento las letras.  

animales perdidos


 Sí, claro, tienes toda la razón. Debería ir al psiquiatra; y desde hace mucho tiempo, además. Pero me cuesta, me cuesta renunciar a tantos años de frustraciones y resentimiento. ¿Podría vivir sin ello? Deja, deja. Mejor sigo con mi carga, cualquiera renuncia al miedo a estas alturas.

sábado, 28 de febrero de 2009

Resulta que somos criaturas confusas



 Pero si mañana quieres ser mi Día, debes dejarme hoy ser Noche tuya. Y cuando desees cambiamos los papeles, que me hace gracia llevar tu máscara. Lo que no aguanto es que intentes basar mi certeza en la duda de otros, el zumbido ajeno que a veces me cargas, los muros de un pasado que ni me interesa, la orden sin concierto. Adiós o lo que quieras, y mira que gano mucho cuando me cierras la boca.

sea cual sea nuestra experiencia.



 Distingo tu figura allá a lo lejos, y el verte venir afila los cuchillos más asesinos de mi memoria. Empiezan a sacudirme imágenes crudas, acompañadas por el son de una fuga macerado en granito. Mi mente viaja a antes de ti, cuando no hablaba más que al sol, tan tranquilamente vivía en mi quietud. Todo estaba reposadamente mejor, mucho mejor que ahora y simplemente mejor que casi siempre. ¿Cómo esperar entonces aquello, semejante destrozo y así, sin un simple arañazo, sin una escaramuza previa que sirviera de prólogo a nuestro libro?

 Yo era una torre. Buena construcción y materiales resistentes. El tiempo pasaba y las olas se estrellaban a mis pies; la mar violenta que cobraba vidas a capricho sólo podía acariciarme, y eso en sus días más fuertes. Vivía sin mayor sustento que la soledad, bajo mi propio resguardo y estima. Pero llegaste. Llegaste y con tantas ganas de todo, que nunca hubiera sospechado que habrías de ser mi hiel. 

 No sería justo culparte, no soporto esconderme bajo mi propia indulgencia. A fin de cuentas, sólo yo pude darte las llaves de mi estancia y es bien cierto que no me obligaste a ello. Hay quien se lanza al abismo, y hay quien lo hace por medio del otro. Soy responsable único de lo que va quedando de mí; señor de un despojo, siento cómo silba el aire entre piedras de la parte que ayer fue todo.

 Pero viendo que ya estás cerca, debo cumplir mi deber avisándote. No sé si vuelves aquí por accidente, aburrimiento o vienes guiando a tu soberbia. Mis males se extienden como una gangrena invisible, y mi vida es hoy peligro por caída de cascotes. Acércate si es tu deseo, pero sé consciente de que tu presencia puede provocar un alud. Y a estas alturas no hay drama: poco importa que descanses bajo sillares o te quedes ahí mirándome, casi nada somos ya y maldita la falta que nos hace. Vuelve por donde viniste o entra, conmigo ya has terminado. 
 
 Todo sigue a su ritmo, van girando los días y a mí que me registren. Se aparta al socaire de una piedra el lagarto, esquivando vientos que silban Rascayú, Rascayú

 

viernes, 27 de febrero de 2009

normalmente nos sorprende


 Al principio creíste que con portarte bien y no hacer ruido bastaría. Unir el crecimiento a la obediencia debería protegerte; tu expediente académico correcto y mediocre te ayudaría -pensabas- a sobrevolar las alimañas del trabajo. No fue así. El mercado laboral te pasó por encima, y tantos años de agachar la cabeza no te libraron del clásico frustrado que intenta vadear sus miserias pisando al más débil, y el más débil eras tú. Supiste esquivar al monstruo entrando en política. Volviste a obedecer y te fue bien durante una temporada. Pero el amo tenía otros perros que encontraban antes el palo, perfectos inútiles que jamás podrían hacer sombra a sus superiores, imbéciles de gran utilidad para que el reparto de poder no cambiase de manos aunque cambiase de nombres. Y así estabas, otra vez en fuera de juego y con las alas cortadas. Aunque ahora tenías suficientes apoyos e información para -de no poder hacer una carrera en el partido digna de tal nombre- jugar la baza de las comisiones, los maletines, el blanqueo de dinero y el trapicheo de influencias al postor de turno. Era un camino lógico y torpe, siempre varios pasos por detrás del flautista. De un trabajo mal pagado a la degeneración del aparato político, y de ahí al delito de turno, siempre huyendo en silencio y buscando resguardo. Este último parecía tu sitio natural; estabas cómodo llevándote lo tuyo, casi no te hacía falta intrigar. Era un cargo diseñado a tu medida, dado que en tu ámbito cercano, tanto los más válidos como los más lerdos habían despegado ya hacia el Congreso, o tenían una reserva espiritual de escrúpulos que impedía pensar siquiera en robar contigo. Tan tranquilo estabas allí, en tu tierra de nadie, cuando volvieron a cambiarte el paso; también es mala suerte. Y ahora te ves entre rejas, tú, que nunca fuiste por ahí pisando al personal, ni diste una mala contestación; ni una mala mirada, ante la continua humillación de tu vida. Pero así funciona este tinglado, a veces hay que darle trabajo a la justicia, y el pueblo agradece estas dosis de carnaza, que demuestran patentemente la eficacia de nuestro sistema, que castiga siempre al delincuente de manera eficaz y ejemplarizante. Niños, no robéis, si no tenéis cuidado podéis terminar como el señor concejal.    

y, si bien es a veces previsible


 No te conformabas con una amistad sincera, tenías que tener aquel torpe remedo de amor. Preferías el oro falso a la plata de ley, y todavía quieres que alguien comprenda tu pretendida indignación. Como si no supieses desde el principio lo que tenía que pasar, como si pudiera sostenerse para siempre aquel títere, tan mal cosido sobre el armazón de tus mentiras.

jueves, 26 de febrero de 2009

pues es el cambio constante lo que nos define


 y si te agobian los cambios, repara en que eres una mutación ininterrumpida. Tus células se disfrazan, crecen, se mueven y se mueren, y nadie sabe si vuelve a sonar alguna música tras pasar la última puerta; pero antes la materia va recorriendo estados, y aquellas alteraciones físicas encienden fuegos artificiales en mi bóveda craneal, y puedo seguir con este párrafo maleable, o darle unatina del Siglo de Oro mientras bailan mis tripas, Ande la rueda y coz con ella y enseguida me iré a dormir, sabiendo que mi noche seguirá aprendiendo lecciones, raros tesoros volátiles que marcharán con el día

fruto de cambiantes circunstancias



 Quién te lo iba a decir el día de autos, cuando por dormir en casa ajena llegabas tarde al trabajo y te atropelló aquel patán, que pasó con su semáforo ámbar, mientras el hombrecito verde parpadeaba allí arriba, y tú retorciéndote de dolor por aquí abajo. La leve cojera de por vida hubiera sido el mayor de tus males, de no haber tenido aquel compañero de habitación en el hospital: un narcotraficante en horas bajas, un reptil sin escrúpulos que supo salvarse de la quema tan vilmente, poniendo en tu contra las pruebas que debían haberle condenado para siempre jamás. Y después -hay que joderse- todo un sistema legal en tu contra, desventajas de ser pobre en aquel mundo justo y necesario. Y ahora, tras varias violaciones sufridas a tus espaldas, con los resultados del test del VIH en la mano, sin atreverte a abrir el sobre mientras el médico te mira con cara de china en el zapato; te acuerdas de la noche anterior a todo aquello, cuando salías de la Disco exultantemente borracho, llevando a hombros a la tía más fea de la fiesta, crees, como si a estas alturas pudieras acordarte de su cara.  

aunque sea un respeto infundado



 Ánimo, Señor Presidente!! No desfallezca usté ahora. No nos quite la ilusión, y menos en estos días de crisis. No rompa la magia de nuestro letargo.

 No cuando tantos y tanto necesitamos de sus mentiras.

alguien digno de respeto



 Debo reconocer que yo también os odiaba. Pecadillos de adolescencia, supongo. Tampoco soy el único; muchos de nosotros hemos pasado una juventud comunistoide, o nos hemos creído los derechos humanos y todo aquello... Alguno, incluso hoy, sigue reivindicando la solidaridad entre hombres desde su castillo en la Toscana, mientras otros cantan la Internacional junto a botellas de Moët & Chandon. Modestamente, nunca podría llegar a esos niveles de cinismo, pero debo reconocer que el dinero me ha abierto los ojos, ¿Podría vivir renunciando al canibalismo? Los que quieran la respuesta que la busquen en la Toscana, en medio de un latifundio. 

 Pero sí, aún lo recuerdo. Hubo un tiempo en que yo también nos odiaba.  

miércoles, 25 de febrero de 2009

o en sus peores lugares



 Bienvenidos a nuestro hotel de 7 estrellas, donde podrán disfrutar la máxima expresión del lujo. Vivimos para que su estancia sea un placer inolvidable, algo fuera de toda comparación. Para ello, estudiamos personalmente a cada cliente y procuramos adaptar nuestro servicio a sus necesidades.
 ¿Es usted traficante de armas? Un coro de niños-soldado le traerá el desayuno a su suite, forrada con metralletas de oro.
 ¿Consejero de una multinacional, quizá? Disfrute con nuestras proyecciones en pantallas gigantes con temas como La Tala de la Selva Amazónica en tiempo real, Emisiones Contaminantes Sí, gracias o Extinción de los Derechos laborales en el mundo moderno y sus evidentes ventajas .
 ¿Deportista analfabeto en la cumbre de su carrera? Contemple las fotos de las paredes, llenas de meninos da rua inhalando pegamento junto a las favelas do Río, y ríase de lo lejos que está ya todo aquello. Aquí, en un entorno incomparable, imitando la humilde morada de su infancia, esta vez con grifos de oro.
 ¿Estrella del Rock? Pídanos hasta 100.000 botellas diarias de lo que se le ocurra. Servicio de Catering y Orgía las 24 horas. Escandalícenos cuanto quiera. Podrá llevar a cabo cualquier gilipollez que se le ocurra; si está muy borracho o drogado tenemos nuestro propio listado de sugerencias; si no está muy borracho o drogado pondremos todos los medios a su disposición para que llegue a estarlo. Es nuestro ídolo, y nosotros le adoramos.
 
 Resumiendo: Usted es un triunfador y nosotros debemos mimarlo, para que siga siendo un referente de nuestra sociedad. Para que toda esa pobre gente que le admira pueda creer en su cercanía, en que algún día ellos o sus hijos podrán ser como usted.
 
 Disfrute el olor a sangre.
 

incluso en sus peores momentos



 No me parece casual que empiecen a crecerme ahora estos brotes de ruina, justo después de empeñar las tijeras que podrían podarlos.

martes, 24 de febrero de 2009

alguien digno de admiración


 De las maravillosas frases condicionales de Avogadro (1):


 "Si cojeas de ambas piernas, abstente de bailar claqué salvo que te ofrezcan un cuévano de vendimiar repleto de papel moneda de curso legal, a ser posible con más de un cero por billete."

que nos hace creernos alguien



 Nadie ha vencido al Caballero Negro.

 Nadie es todopoderoso, pero su condescendencia nos deja vivir.
 Nadie nos ayuda en las crisis, a nosotros, tan mayorcitos ellos.
 Nadie es pescador de río revuelto, apoyando guerras civiles en el África Negra.
 Nadie se lucra con el analfabetismo de tus jóvenes cachorros.
 Nadie fue nunca Ulises de Ítaca, porque los héroes malmueren en un parque Disney a cambio de sangre inocente.
 Nadie explota a los niños en una casa de putas que mascan chicle, y parece cambiar de manos un billete con la cara de Dios.  
 Nadie te pone una pistola en la sien, pero si te atreves a mirar descubres que es tu índice el que roza el gatillo.
 Nadie escucha tu historia con interés, porque Nadie tiene la suya propia pero parece comprender al vecino.

 Si esto no te gusta, quizá te esté corroyendo la envidia. Te jodes por no ser Nadie.
 
 

sustento de nuestro ego falaz


 En estos tiernos momentos casi parece que no nos odiemos. Qué hermosa, qué bendita esta hipocresía nuestra que tanto nos une. Los temerosos de soledad no conocemos descanso ante la cruel persecución a la que Verdad nos somete. Mejor gozar nuestra muerte que rendirnos a lo que es. Pero repasemos, que no entre el aire, esta ley una vez más.

esa miseria beatífica



 Que nos protege de cosas peores. A mí mismo, sin ir más lejos, estos años de condena al ostracismo me han ayudado bastante. El fracaso material nos revela las cosas importantes de la vida. Disfrutar de un tiempo libre antaño tan escaso, unido a una relación más constante con los míos, son factores que han repoblado mi alma hasta infinitos horizontes, sólo conocidos por aquellos que alguna vez se han sentado tranquilamente a ver pasar los días. Dudo que haya mejor mentor para bucear en los abismos de nuestra sociedad, que la entrañable y humana cola del paro, tantas veces usada como observatorio y sala de los espejos. Comportamientos aparentemente insignificantes, como escrutar una partida de dominó, son perfectamente aprovechables por un espectador cultivado, que bien sabrá usarlos para la expansión natural de su alma.
 Quiero decir con todo esto, que todo el tiempo privado de la falsa gloria del éxito anterior no ha hecho sino reforzar mis paredes exteriores, iluminando como nunca antes el interior de mi ser, tan descuidado antes bajo los excesos del dinero y las compañías de usar y tirar, aunque al final pareciese yo el tirado. Pero todo aquello era engañoso. Aunque quizás también ahora despiste un poco; por mi aspecto exterior, digo. Soy consciente de que mi olor corporal es manifiestamente mejorable, y de que nunca termino de arrancar las legañas de mi barba. La botella de vino en el bolsillo tampoco ayuda, claro. Estos son pequeños detalles, perfectamente subsanables con el primer sueldo o anticipo. Por supuesto no vengo aquí a mendigar nada. Simplemente ofrezco una experiencia contrastada, apoyada en la mencionada riqueza interior recién descubierta, a un precio ultracompetitivo, incluso frente a cualquier becario. Y tampoco, tampoco se trata de dar pena; aunque quizá me suicide si después de una primera negativa, vuelva aquí a arrastrarme y continuéis cerrándome las puertas. La pena es para los esclavos del mundo material, y yo soy un hombre libre, sin las ataduras del dinero. Aunque puede parecer contradictorio, pregonar la propia liberación mientras se mendiga un trabajo basura. Así somos los genios: contradictorios, imprevisibles... encerrados de por vida en la resplandeciente armadura del autoengaño.
  


jueves, 29 de enero de 2009

nos recreamos en nuestra miseria



 -Pues la oferta que voy a hacerle es exclusiva para nuestros mejores clientes. Espero que sepa apreciarla, porque es un producto sensacional y nos lo estan quitando de las manos. Sólo le digo que aquí en el banco, todos los trabajadores hemos hecho lo posible para, en caso de no poder adquirirlo, conseguírselo a nuestros mejores amigos y familiares. Una cosa de no creerse, oiga.

 - Siga, siga, por favor. Me tiene usted en ascuas.

 - Se trata de la hipoteca Grand Timo Bussines Ruina Total. La mejor garantía de pagar el máximo por su hipoteca, durante la mayor cantidad de años. Un seguro de crisis vitalicia en la economía familiar.

 - Suena bastante bien. ¿Podría darme más detalles, por favor?

 - Por supuesto, querido señor Bobolavérgaman. Lo que hace el producto es doblar la subida de turno en el índice referencial europeo, manteniendo una tasa de latrocinio constante e insuperable, con la connivencia de nuestro sistema Inmobancario, que asegura al ciudadano muchas décadas de vivir para el banco, como puede ver en el folleto explicativo

 - Si lo que dice es cierto, cambio la hipoteca en cuanto pueda. Pero necesito más información. ¿En qué parte del folleto están las Cláusulas Leoninas?

 - Páginas 6 a 9, antes de Robos y Preguntas.

 - Hay que ver lo grandes que son las letras. Recuerdo cuando estos detalles los escondían en los contratos, y había que buscarlos con lupa. Parece que fue ayer.

 - El ciudadano de hoy quiere saber que le están robando a conciencia. Resaltamos con orgullo estas cláusulas. No en vano somos líderes en nuestro sector.

 - Mmmya. Aquí pone que la siguiente generación de mi familia tiene garantizados, como mínimo, 20 años de seguirles pagando, aun cuando yo viva muchísimo.

  - Hay garantizados 20 años, efectivamente, en caso de que usted cumpliera un siglo. Si muriese más joven, cosa probable, más años estarían sus hijos pagando. En caso de no tener descendencia, la ruina pasaría automáticamente a sus familiares más cercanos o, según lo ventajoso de las condiciones, directamente al banco.

 - Si viera estas cosas mi difunto padre. Él, que sólo me pudo dejar 10 años pagando su hipoteca. Da gusto ver cómo van avanzando los tiempos.

 - Tenemos que luchar por el endeudamiento de las generaciones venideras. ¿Qué clase de mundo estaríamos creando, si descuidásemos la miseria de nuestros hijos?

 - Ciertamente.
   Me ha gustado mucho su producto. En cuanto llegue a casa lo consulto con la mujer, pero no creo que tenga muchas dudas. Ocasiones así no se presentan todos los días.

 - Absolutamente de acuerdo. Anoto su nombre en la lista de reservas de la GTBRT. Le agradeceré que la contraten rápido, porque la estamos vendiendo como si los compradores fuesen idiotas.

 - Poco he de tardar en volver. Muchas gracias por todo, señor Tímez.

 - Hasta pronto, amigo Bobolavérgaman. Preséntele mis respetos a su señora.

miércoles, 28 de enero de 2009

y a veces hasta con gusto



 Pudiste ser protagonista de tu vida pero preferiste otro tipo de papeles, menos arriesgados en apariencia. El trabajo sucio es a veces el más apacible. Eres uno de esos tantísimos extras, tan serios ellos, que cumplen hipoteca perpetua en la superproducción de tu banco. Prescindible es también el secundario que encarnas -inmejorablemente mal pagado- en la película de tu empresa. Es como frustrante. A veces te dices que merecías mejor destino, pero tampoco haces nada por mejorarlo; tranquilo en tu incómoda tierra de nadie, instalado en lo apacible de una infelicidad garantizada por la inacción, quizá quieras culpar al mundo por conformarte con ser espectador de tu miseria. 

 Aunque el mundo no te obligó al camino correcto. Tuviste la posibilidad de escribir tu guión, pero escogiste interpretar el de otro; y acertaste en una cosa: era un texto escrito para alguien como tú. El problema de esta función es el reparto de beneficios. La comodidad de seguir el dictado ajeno es adictiva, fácil y exenta de responsabilidades, pero el fruto en esta obra lo recoge el compositor, mientras el intérprete disfruta de la seguridad del carril que le han marcado.

 Tu personaje de adulto aburrido mató al niño que no te permites ser. Ya no recuerdas la última vez que hiciste algo creativo, estás programado para marcar alegre el paso que te manden. La meta es el siguiente objeto, la próxima posesión. Siempre debe haber una maravilla tras la que correr, un punto fijo de ilusión efímera que, una vez logrado, nos demuestre otra vez el vacío, que sólo podrá ser cubierto -un momento- por la siguiente conquista y así para siempre.

 Quizá te consuele el ganador del Premio al mejor actor. Obviamente, nunca va a ser para ti. Se lo van a dar a otro compañero de redil. La función del perro del pastor es más necesaria que la tuya . Se le reconoce su aportación estupefaciente al engranaje, para que las piezas menores no se salgan del sitio. Aparece por sistema -bajo cualquier forma de entretenimiento intrascendente- en casi todas tus conversaciones. De vez en cuando incluso brindes por él, con sincera admiración. 

 Y sí, es una interpretación vulgar la tuya. Sin embargo es tu elección, y como tal se respeta. ¿Quieres llamar vida a lo que es, en realidad, ser vivido? Hazlo, pero no te extrañe si las carcajadas suenan en un momento que no esperabas. Pudiste ser payaso, trapecista o elefante; no quisiste lanzar el cuchillo por si acaso acertabas. Eres el muñeco triste de un ventrílocuo que no te ama. ¿Quieres culpar a la suerte? No la tiene mala el que no arriesga, y tampoco el que lo hace y pierde, pues no hay mejor profesor que el fracaso. ¿Te parezco un crítico feroz? No podría serlo más contigo que conmigo, incapaz de olvidar que soy tú.


  

martes, 27 de enero de 2009

Pero a todo se acostumbra uno


 Celebro la serenidad con que encaras nuestra actual situación. 
 El silencio que te rodea nutre mis horas sin tiempo, y me ayuda a no echar de menos la época en que estuvimos vivos.

lunes, 26 de enero de 2009

tan hiriente.


 Como tu verdad. Como que sueñas con terminar de hundirte, para creer que después podrías, poco a poco, levantarte. Pero te engañas si crees que tu desplome es vertical, y lo que llamas caer no es más que girar alrededor del mismo punto, por lo que nunca podrás parar a tomar impulso desde abajo, ya que no tienes abajo ni arriba. Te gusta mirarme con desprecio. Quisieras poder culparme del todo, o clavarme al menos una parte de tu propio cepo. A veces me ves como un escalón; otras entiendes que nunca nos hemos necesitado, que ya no nos tendremos y en cualquier caso da lo mismo. Quizá porque nunca quieras salir. Tal vez porque, si lo intentas no será ya sobre mi cadáver, ni -más ingenuamente- sobre mi hombro. Y mientras sigues ahí leyendo yo estoy ya lejos, muy lejos de la persona que escribió esas líneas, y lo que ahora supones mis palabras son el relleno desparramado de un muñeco que se despide. Puedes jugar con él si quieres, mandarle a por tabaco, y hasta amagar nuevos planes de rutina mientras haces malabares con las letras de adiós. He dicho que no estoy.

domingo, 25 de enero de 2009

que tu impasible nihilismo



 Contemplaba a su víctima como hipnotizado. La expresión de su gemelo muerto le inquietaba; le hacía pensar lo peor, como si el otro pudiera levantarse y robarle el tabaco. Cuando se volvió, decidido a dejar atrás todo aquel humo, se vio frente a otro tipo idéntico a él, que le apuntaba con un revólver de drama policial setentero. Lo primero que le disparó fue una pregunta.

- ¿Por qué lo has hecho?

- Pues, si te digo la verdad, no tengo ni puñetera idea. Pero dame tiempo de aquí al juicio, que seguro que se me ocurre una buena historia que contaros. Algo que instruya divirtiendo. Les prometo alegría y diversión a raudales.

 No había terminado de silbar la s, cuando el otro le soltó ocho frescas metálicas que le tumbaron al instante, de una vez y para siempre. Se quedó mirándole como hipnotizado, ignorando el baño de plomo que le esperaba en cuanto se diese la vuelta, decidido a dejar atrás todo aquel humo.

 

sábado, 24 de enero de 2009

aunque ese amor merezca mejor destino



 Quisimos que lo nuestro durase para siempre, llegar al epicentro de la felicidad y hacerlo nuestro hogar. Queríamos ser la encarnación del amor hasta el fin de los días. Y desgraciadamente se nos logró.

 Ahora vivimos en un estado de tensión perpetua. Buscamos cualquier asomo de rutina para darle caza, sentirnos satisfechos por ello y volver a acechar al siguiente. Tú quizá esperes que mis ratos de ocio se llenen de bar y fútbol. Yo temo que todos los domingos y festivos me deporten a casa de tu madre. Quizá nos equivoquemos, y sean otras pesadillas las que sometan nuestra hermosa realidad. O quizá nunca pase nada; nada perturbará nuestra felicidad, más allá de esta angustia permanente, de haber llegado al máximo y saber que a partir de ahí sólo podemos bajar, o -peor aún- mantenernos como ahora, ahora y siempre. 

viernes, 23 de enero de 2009

ese vecino al que amamos sinceramente



Por fin, Querida, después de tantos meses vamos a conocernos personalmente. Y a pesar del afecto mutuo que revela nuestra correspondencia, mi espíritu -como el tuyo-  anhela siempre el contacto personal con el pájaro que en la misma dirección vuela; ese deshojar los matices de una risa, sabiendo vivir en primavera durante cualquier estación del año...

 Para mí también son días de muchos nervios, de estar siempre en amable tensión; y eso teniendo en cuenta las facilidades que siempre me has dado, con tu comprensión y empatía, bailando con gracia sobre el abismo generacional que amenazaba con separarnos tú, que casi podrías ser mi hija, me has dado lecciones sin precio sobre la grandeza del alma humana. Espero poder siquiera acercarme mínimamente a tu altura, aunque soy feliz sabedor de que, en caso contrario, siempre habrá una palabra amable, un hálito de serenidad por el que seguir ascendiendo hasta ti.

 Me preguntas en tu última carta sobre mi aspecto, ilusionada supongo con alguna esperanza de gallardía en mi porte. Quizá el día de la cita esperes algún signo exterior de saludo y complicidad, como un tulipán en la solapa o alguna chistera de la que salga un ramillete de flores vistosas. Mas conociendo como conozco tu desapego de la superficialidad exterior, siempre derrotada por tu conocimiento profundo de las interioridades del ser, no quisiera brindarte una estampa externa de mi semblante. Prefiero corresponder a tu sana sinceridad con una descripción más espiritual, acorde al momento mágico en que nos veamos: Me reconocerás por mi torvo mirar y mis aviesas intenciones. Sabrás leer en mi cuchillo, las claves de nuestro amor.    

jueves, 22 de enero de 2009

o comiéndonos la cabeza del vecino






NO TE ARRIESGUES
Piensa en los tuyos


NO DEJES DE TENER MIEDO
Tu miedo nos mantiene arriba


NO CUESTIONES LAS CONSIGNAS
Los que las dictan saben lo que hacen


EL MAL ESTÁ AHÍ FUERA, ESPERÁNDOTE
Nosotros te protegemos por un módico precio: tu vida


NO ABANDONES TU INDEPENDENCIA
Para usarla como te indiquemos


NO LEAS LA LETRA PEQUEÑA
Hacerlo no cambiará nada


NO NOS OLVIDES
 Siempre
 Siempre
 Siempre
 te
tenemos
presente



miércoles, 21 de enero de 2009

comiéndonos la cabeza




 Boquiabierta como estaba, la enfermera acertó a preguntarle al pseñor psiquiatra por qué había hecho aquello. Semejante atrocidad, y en su primer día de trabajo.
 "Sé que ha estado feo -respondió- esto de matar a mi viejo. Pura deformación profesional, más allá de la muerte. Imagine por un momento que le dejo morir de cualquier enfermedad, o incluso que -por un descuido- abandono yo antes el vivir. Nada, y recalco NADA me resultaba más aterrador que presentarme ante Freud con las manos vacías. Ahora ya por fín gozo de una paz absoluta, por la gloria de mi padre."
    

martes, 20 de enero de 2009

dar vueltas y más vueltas alrededor de nada



 Y según bajaba las escaleras, todos corrieron a rodear al venerable:
 _Señor gurú de la moda -preguntó el primer acólito- ¿Qué uniforme creativo nos impondrá vuestro genio esta temporada?
  
 A lo cual contestó, con dulzura en la mirada y templanza en el verbo:
_Pronto es aún, oh hermanos, para desenfundar la escopeta de cazar tendencias; pero vive Dios que cuando lo haga seréis borregos dignos de balar mi palabra, sea ésta cantar las bondades del lino, o ensalzar el gris marengo sobre los demás colores, condenados ellos a vagar por un espectro cromático fatalmente demodé.

 Y en alegre corro acompañábanle en su caminar, guareciéndose en torno al calor que desprendía, o quizá queriendo honradamente purificarse por aquella torrencial lluvia de billetes, que tan sólo a Él calaba. 

lunes, 19 de enero de 2009

Y ese es nuestro devenir cotidiano:




 La vida es un intermitente juego de matriuskas: la exterior y más grande es un misterio, la interior y más pequeña es la muerte. En las del medio uno llora, baila claqué y el domingo comemos en casa de tu madre.

domingo, 18 de enero de 2009

que ser aproximadamente todo.



 Podíamos haberlo sido todo. 

 Humildemente, bastaría con que hubiéramos sido la suma de las partes. 

 Más humildemente, me conformaría con el peor de tus insultos.

 

 Ojalá nos hubiéramos conocido.

sábado, 17 de enero de 2009

que siempre es algo mejor


De la vida de Avogadro y partenaires:

-He mejorado mucho, amor mío; a partir de ahora sólo te odiaré los fines de semana. El resto de los días sublimaré mi frustración a golpe de whisky con los amigotes, hasta caer borracho en tu lecho. Seremos felices, ya verás.

-Ahora si que eres el perfecto capón fracasado que siempre deseé y nunca tuve. 
Me haces muy dichosa. 

viernes, 16 de enero de 2009

hasta ser aproximadamente nada


Para Uno siempre es bueno acercarse a Nada, aunque para Nada sea bueno acercarse a Uno.

jueves, 15 de enero de 2009

que ha perdido toda esencia



¿Y todavía preguntas por qué lo hemos hecho? Pues porque has cambiado a peor últimamente. Podría ser una mala racha, o quizá te haya vencido la presión. El caso es que ya nadie reconocía en ti al que fuiste, y tu soberbia determinación ante nuestro acoso continuo tampoco nos ha facilitado las cosas.

miércoles, 14 de enero de 2009

una convención cultural



Hace un rato me he dado cuenta de que mis más profundas convicciones políticas coinciden perfectamente con las consignas que, a diario, repiten independientes periodistas en los medios afines a mi absoluta parcialidad. Sobresaltado por lo que parecía un amago de separación de ese todo que tanto amo, he corrido a encender la televisión para escapar de semejante horror y olvidarlo cuanto antes. El invento funciona: lavar y marcar. Me dejo hacer, como siempre.  

martes, 13 de enero de 2009

pues es una sentencia manida

No dejes que la vida te estropee una buena vida.


lunes, 12 de enero de 2009

en progresión



 Llevaban unos tres cuartos de hora de entrevista cuando el empresario del año empezó a regurgitar las claves del su éxito:
 Siempre -y esto está fuera de toda duda- hay que ir con paso firme, se dedique uno a lo que se dedique. Eso es lo fundamental. Con paso firme empecé a pisarle los talones a mi primer gran rival en el sector, y tambien a superarle. Llegar hasta allí fue cansado, la falta de experiencia ralentiza demasiado las marchas. Al principio, como en todo, los sacrificios nos parecen mayores y más traumáticos de lo que son en realidad; tiene uno cierta inocencia juvenil, llamémoslo romanticismo o tontería, que debe desterrar si no quiere ser pasto de las alimañas. 
 Allí estaba yo, como decía, pisándole el calcañar al tal señor digamos X. Yo veía que me estancaba, que la cosa no avanzaba mucho ni poco ni nada. Esto, lógicamente, me generaba una gran frustración. No sabía cómo avanzar, trabajaba a destajo y luego era incapaz de dormir; demasiada tensión improductiva. 
 Hasta que descubrí que había algo que me lastraba. Eran mis principios. Se habían incrustado en lo más elevado de mi mente, y empezaban a crear una costra improductiva. No me costó mucho encontrar una razón -habrá quien prefiera la palabra excusa- para extirparlos, y ubicarlos al instante en su lugar natural: a ras de suelo. Una vez fijados a la suela del zapato, logré por fín pisar los talones de mi competidor hasta rompérselos -pobre-, y seguir trepando por las corvas y las nalgas hasta romperle la columna, lo que me facilitó poder pisarle la cabeza para siempre, y dejarle sepultado bajo su propia sangre.
 El resto han sido esencialmente repeticiones de aquella primera escalada. Hoy, puedo afirmar orgulloso, que piso a diario a cientos de trabajadores con sus correspondientes familias, me limpio el culo con la selva amazónica y políticos de todo signo me besan los pies. Nada ha cambiado en lo esencial. Aquel joven ambicioso, que empezó a construir un imperio reciclando sus propios escrúpulos en una masa informe de sufrimiento y explotación ajenos, es hoy una próspera realidad patria, que exporta miseria a las cuatro esquinas del mundo. ¿Seguiré con mis diversas industrias hasta que en las Islas Caimán mis billetes le ganen terreno a la costa? ¿Venderé mis acciones a alguna multinacional extranjera, de esas que llevan las fábricas a paraísos de la explotación infantil?¿Batiré mis propias marcas de muertos por accidente laboral? Todo depende. A estas alturas de la vida, mis límites los marca únicamente el aburrimiento. 

 

domingo, 11 de enero de 2009

y se vuelve a repetir




 Cuatro segundos que fueron los que tardé, básicamente, en sacar la pistola y hacerle un collar de 6 piezas de plomo a mi cadaver mientras, en algún altavoz del mundo, la voz de Jarvis Cocker cantaba pomposamente You are hardcore, you make me hard.
 Salí de allí corriendo, consciente de que, en lo tocante a mi Señor Cadávere, ni seis ni seis mil millones de balas más podrían evitar que volviese cualquier día de estos a darme la brasa pero bien. 

sábado, 10 de enero de 2009

aunque la vida sea un ciclo que se repite y se repite



 -La vida es un revival dijo solemnemente mi cadaver.
 -No seré yo quien lo discuta contesté.
 Y ahí nos quedamos parados como cuatro segundos.

viernes, 9 de enero de 2009

de DUELO DE TITANES I o EL CROSSOVER DE LA MUERTE

El campeón canadiense Leonard Wordmaster Cohen, tan alegre él, 
haciendo gala de su simpática arrogancia minutos antes del combate





Siempre imprevisible, el maestro español Gregorio Diodenal Sánchez,
posa para el fotógrafo amagando uno de sus característicos zurriagazos 





Jueves 8 de enero de 2009. Frío implacable en el hemisferio norte a las 22:00 (hora USA). El Carpantiac Silverdome de Detroit acoge, por segunda vez en su historia, la final del Campeonato Mundial de Poesía Cruzada. Apuestas a gritos, azafatas neumáticas y parpadeo de flashes alrededor de celebridades del séptimo arte, forman el plato fuerte de la atmósfera previa, regado -como siempre- con las canciones pegadizas de los 80 y 90 que tanto nos cansan. 
 El olor a perrito caliente no es exclusivo del gallinero, pero siempre nos parece más intenso allí. En un asiento vecino, la portada de un periódico local está ocupada por una foto a todo color de los púgiles, con un gigantesco cartel del evento en segundo plano. No me molesto en cogerlo para leer los datos de sus páginas. Sé que repasarán las trayectorias de los finalistas; quizá destaquen la semifinal del circuito europeo, en la que Diodenal ganó por la mínima a  un sobrino-nieto de Rainer María Rilke. O tal vez hagan mayor hincapié en la semifinal del continente americano, en la que el maestro canadiense hizo escarnio del fantasma de Walt Whitman, muy desdibujado ya para las exigencias de la alta competición. Poco importa.

Porque ahora sólo hay sitio para los imprevisibles monstruos de la final. Y ahí están, atacándose ferozmente y sin aspavientos. El primer golpe corre a cargo de Cohen. Va sobrado, y golpea con una de sus letras que -pese a no ser de las mejores- goza de una aceptación popular que motiva los aplausos de un público agradecido ante este tipo de guiños. Se trata de la traducción al castellano (por Alberto Manzano, para Editorial Fundamentos) de I´m your man. El español queda un momento como aturdido y, pese a no poder articular la primera frase, recobra sus fuerzas con entereza y devuelve el ataque. Demostrando que no ha cruzado el Atlántico para hacer prisioneros, De la Calzada lanza lo que en Youtube aclaman como El chiste por excelencia: El del concejal de Cuenca.

Sobre el ganador y el perdedor mucho se ha escrito y se escribirá. Deléitense los lectores con el combate aquí transcrito, y juzguen por sí mismos a vencedor y derrotado. Como siempre en estos casos, las frases que empiezan por mayúscula corresponden al luchador local, en este caso el canadiense.



Si quieres un amante
en la Puerta del sol
Haré todo lo que me pidas
con un Seat 600
Y si quieres otra clase de amor
un coche muy chiquitito
Me pondré una máscara
y a la media hora aparcó ese coche
Si quieres un compañero
en una calle prohibida
Coge mi mano
y por allí no pasaba ni el coche fantástico
O si quieres pegarme con rabia
un millón de coches
Aquí estoy
detrás de ese pequeño vehículo
Soy tu hombre
y llega la Guardia Civil, la Meretérica


Si quieres un boxeador
y dice: Por favor
Saldré al cuadrilátero
usté ha aparcado aquí muy mal
Y si quieres un doctor
y dice éste
Examinaré cada centímetro de tu cuerpo
usté se calla
Si quieres un chófer
cobarde
Sube
que usté no sabe quién soy yo
O si quieres engañarme
y dice éste
Sabes que puedes
¿Quién será el gachó este?
Soy tu hombre


Ah, cómo brilla la luna
usté se calla
La cadena está demasiado tensa
que usté no sabe quién soy yo
La bestia no dormirá
cobarde
He repasado
y se acercó el cabo y dice
Todas las promesas que te hice
¿Qué pasa aquí?
Y no pude cumplir
usté se calla tambien
Pero un hombre nunca ha conseguido que vuelva una mujer
que usté no sabe quién soy yo
No suplicándole de rodillas
dice ¿Quién es usté?
Yo me arrastraría hasta ti, nena
antes de decirlo, A comisaría!!


se lo llevan a comisaría
Y caería a tus pies
estaba el comisario escribiendo allí con unas gafas muy grandes, haciendo una suma
Y aullaría a tu belleza
y dice No veas la cazarmao tú en Madrid, eh?
Como un perro en celo
no te va a salvar la multa ni Perry Manso
Y desgarraría tu corazón
cobarde
Arrancaría tus sábanas
dice usté se calla tambien
Diría Por favor, por favor
que usté no sabe quién soy yorl
Soy tu hombre


Y dice éste, el comisario
Y si necesitas dormir en la carretera
¿Quién es usté, que está usté callando a todo el mundo?
Yo conduciré
dice yo soy un concejal de Cuenca
Si tienes que hacer sola la calle 
y dice el comisario
Desapareceré
¿No sabe usté, usté no sabe que
Si quieres un padre para tu hijo
un concejal de Cuenca aquí en Madrid es un mojón?
O sólo quieres pasear conmigo un rato por la playa
y dice éste
Soy tu hombre
y en Cuenca tambien


cobarde